LOS CINCO SENTIDOS
La serie de pinturas a las que Jan Brueghel "El Viejo" y Peter Paul Rubens dieron vida.
Entre 1617 y 1618, Jan Brueghel “El Viejo” y Peter Paul Rubens crearon las cinco pinturas alegóricas dentro de la serie Los Cinco Sentidos. Fue un trabajo que los gobernantes de los Países Bajos españoles, Alberto VII de Austria y su mujer Isabel Clara Eugenia, asignaron a ambos artistas. Rubens se encargó de los cuerpos y Brueghel del resto, el escenario donde las figuras están colocadas.
En cada una de las obras vemos a una mujer desnuda acompañada por lo que llamamos putto (niños pequeños, a veces alados, que se usaban habitualmente en el Renacimiento y en el Barroco acompañando a Venus y que también se llaman Cupido). Observamos esto en cuatro de las cinco pinturas: Olfato, Vista, Oído y Tacto. En Gusto vemos que hay un sátiro en la escena.
Estas pinturas no fueron realizadas usando un gran formato -aproximadamente 65 x 110 cm.-, lo que las hace todavía más increíbles, porque están llenas de detalles minúsculos, que son casi imposibles de ver a simple vista. Tomemos Vista como ejemplo. La escena tiene lugar en lo que parece ser un gabinete de curiosidades, dónde los artistas colocan representaciones en miniatura de algunas de las obras más conocidas, como Santa Cecilia de Raphael, lo que parece ser un retrato ecuestre del Archiduque Alberto del propio Rubens y también instrumentos científicos y varios bustos romanos.
Reconocemos los “cuerpos rubensianos”, que son estas figuras enérgicas, vibrantes, poderosas, voluptuosas, una seña de identidad del trabajo de Rubens. También observamos los distintivos de Brueghel: la asombrosa técnica en la representación de flores y naturalezas muertas, la arquitectura del espacio en el que están las figuras, la ejecución de las telas que cubren las siluetas, los paisajes, las vistas urbanas y como se vuelven borrosas debido a la distancia.
En cada una de las obras se esconde un universo de detalles, de nuevas cosas que descubrir cada vez que miramos atentamente a las pinturas. Y eso solo puede hacerse, con esta calidad, precisión y excelencia, por las manos de dos maestros como Jan Brueghel “El Viejo” y Peter Paul Rubens. Dos artistas que fueron amigos y dos de los mejores pintores flamencos de todos los tiempos.